La más elevada, así como la más baja forma de crítica es una forma de autobiografía. OSCAR WILDE

EL COCINERO




EL COCINERO








La realidad funciona a través de una química muy determinada. Voy a usar ciertos ingredientes para consolidar el menú: paciencia, mimo y fuego alto. Las llamas empiezan a hacer bullir el agua, la tierra espera en el plato, el aire se condensa en los ojos y el fuego rodea las ilusiones. En el diccionario ya no quedan elementos posesivos, sólo distancias, espacios, movimientos. Todo el grueso va moliendo la fe hasta transformarla en un insignificante polvillo dorado que cualquier brisa derrotaría, pero es tan hermoso que mientras se conserve unido, brillará. Al margen del sabor resultante, lo obtenido tiene como meta trasladar el ánimo y la alegría a aquellos que lo ingieran. Remuevo el veneno hasta hacerlo comestible, hasta que todos sus efectos emerjan a flor de piel. Ahora está listo, el pan de oro se repliega sobre la porcelana, adoptando una forma inesperada, difícil, casi incomprensible, pero absoluta. Puede que no se trate más que de un gramo alquímico que nos ayude a comprender la inmortalidad o la alegría, pues la alegría anuncia siempre que la vida ha triunfado. Cuanto más bueno esté el alimento, más profunda será la alegría.