La más elevada, así como la más baja forma de crítica es una forma de autobiografía. OSCAR WILDE




TALOMAQUIA

La obra pictórica de Felipe Talo


 




"Como demuestra en su Eternal Boxers (2019), Talo es siempre triple. No es una cuestión de multitud sino de una particular sublimación de la individualidad. Como Hermes Trimegisto, para ver a Talo se necesitan al menos seis ojos, por eso, tal vez, su obra toma en ocasiones una forma triangular, elíptica, llena de puertas que conducen las unas a las otras. Felipe Talo, Leon Fénix o Lotti Fernand sólo son sinónimos de un mismo espíritu, una voluntad dedicada a materializar lo invisible a partir de la pintura. Flamantes cuadros como The double nature of paradise (2013), el lienzo negro de The wanderer of the stars (2020) o su inquietante serie Europa (2013) dan fe de ello. En una época en la que el vigor del pensamiento parece difuminarse, Talo parece intentar rescatar mundos arcanos donde las ideas y el pensamiento fluían entre nosotros con la normalidad de unas flores, unos perros o un puñado de concubinas fieles a la deliciosa excepción de la existencia. No es extraño que las corrientes más poderosas de la creación humana hayan estado unidas inevitablemente a los misterios. Como buen hermético, Talo es un artista de códigos extraños que invaden el alma como murciélagos en medio de la noche. A través de su obra, pasamos por épocas oscuras que se van convirtiendo en luz hasta lamer la Naturaleza con una lengua azul y fosforita, para regresar, de repente, a rincones de tinieblas donde mil rutas se cruzan a la velocidad de la luz, dibujando diagramas en el aire que hace respirar a sus cuadros con una atmósfera distinta. Ya sea sobre paredes, suelos o cuerpos humanos, el mensaje de Talo se extiende a través de lo telúrico, intentando trascender hacia lo cósmico, soltando lastre filosófico, religioso o antropológico hasta quedase sólo con el pétalo del amor como en su larga serie de Dibujos Psíquicos (2017) o en sus delicados Caprichos (2016) [...]."







Fragmento del texto Talomaquia (2020)

 






CHARLIE CHAPLIN

Viaje a Java, Bali & Sri Lanka
(1932) 




Antes de hacer Tiempos modernos o El gran dictador, Charles Spencer descubrió un mundo salvaje en un lugar remoto, tal vez, el último paraíso. Allí, sin querer, filmó su mejor película: una pequeña pieza documental donde vemos cómo descubre todos los secretos que luego trasladará a sus películas. El gesto de las islas es más poderoso que un huracán, su misterio, un secreto.


 





KARL KRAUSS

Los últimos días de la humanidad
(1934)





El gran actor intelectual que leía sus paranoias como si fuese Eurípides puesto de cocaina sagrada. El gran lector sin duda, la gran conciencia de la Viena de la segunda mitad del terrible siglo XIX que algunos quieren canonizar... Representaba todos los papeles posibles hasta transformarse en un Proteo mayor, en una especue de mutante de la palabra cubierto de ectoplasma hasta más no poder. Escucharle es como percibir un testimonio caótico en forma de collage, un evangelio nuevo lleno de infinitos matices que hablan de lo que nadie quiso admitir, de lo innombrable... 
El sueño y la muerte son gemelos.











MAN RAY

Poison 
(1933)
 





Hay un mundo dentrás de este capricho manryano. Pasión, locura, irresponsabilidad, perversión. El arte nunca sabe cuando llega, pero llega. La muerte, el cine, la fotografía. Man Ray vivió en el filo de la inteligencia durante gran parte de su vida, haciendo picnics eróticos allá donde iba, poniendo cara de loco para que nunca se le confundiera con una apariencia de la realidad. Lo mejor que hizo fue espontáneo, casi improvisado. Fue el rey de lo efímero-sublime, un caballero alucinado conduciendo un descapotable por el desierto del espíritu.








Raymond Depardon


New York, NY
(1986)


Depardon es uno de los grandes de lo real, pero en su viaje a NY realiza su obra maestra, un capricho inconsciente lleno de misterio y fantasmas por un tubo. El silencio, la voz apagada, los pasos, las luces, el movimiento teatral del movimiento... Al igual que Ulises, se vendó los ojos y se amarró al mástil de su cámara para salvar su película y dejar al cine hacer lo suyo, mientras él podía escuchar el canto de las sirenas, flotando como un ángel, por encima de la ciudad infernal por excelencia.









JAMES NARES

"Pendulum"
(1976)





Las esferas son seres perfectos que abruman a las sombras. La precisión natural se hace viva en sus formas. Nadie sabe qué piensan, qué batalla libran, la única certeza sobre ellas es que todo, absolutamente todo, toma su forma sin otra explicación que el asombro. Una calle de Tribeca, en NYC, fue testigo en los 70' de sus excéntrico diálogo, conspirando para ser un mundo en sí mismo.