La más elevada, así como la más baja forma de crítica es una forma de autobiografía. OSCAR WILDE

HETEROTOPÍAS OSCILANTES




HETEROTOPÍAS
OSCILANTES






La vieja mentira aristotélica hace temblar hoy el suelo que pisamos; el orden impuesto se rebela como algo sospechoso, algo dañino; un obstáculo que impide generar un nuevo tipo de pensamiento. ¿Dónde está el justo lenguaje, aquél que deja pensar de forma autónoma al hombre en desaparición?, ¿dónde respirará ese ser antihumano fuera de la historia, que no impone sino que inventa, que no habla sino que canta?
Las palabras esconden un tesoro perdido y olvidado por antiguos piratas de un solo ojo, un ojo lleno de polvo que pasa de mano en mano, transmitiendo el lúcido mensaje. Las palabras están encerradas en sí mismas, agazapadas en un misterio envolvente y precioso constituido de abstracción e infinito. Muy pocos se han acercado a ellas lo suficiente para escuchar sus ruidos, sus excéntricos gritos de bebé o sus ideas degeneradas. Todos los mundos que encierran son imposibles para la mente servil. La torpeza común de la mente impide que se aprecie su poder; aíslan la inmensidad y el vacío en una extraña idea de silencio. Una palabra puede encerrar un solo paraíso; ciertas combinaciones de ellas, pueden llegar a construir una galaxia o un planeta de asombrosa belleza.
La historia se ha perdido en nuestra mente, se ha diluido en las palabras y de ella sólo han quedado imágenes sueltas que más que del pasado, nos hablan del porvenir. La historia nos ha cedido sus visiones alucinadas sin leyenda ni fecha. Nada ocurre en un momento concreto, todo se sucede. Las palabras y los hechos han encontrado el lugar adecuado para morrearse; se trata de un lugar ignoto e irresoluto, inapreciable para el intelecto. El matrimonio de estas dos realidades está abocado a concebir una genealogía salvaje llena de secretos y piedras preciosas impensadas y fascinantes.