La más elevada, así como la más baja forma de crítica es una forma de autobiografía. OSCAR WILDE


Raymond Depardon


New York, NY
(1986)


Depardon es uno de los grandes de lo real, pero en su viaje a NY realiza su obra maestra, un capricho inconsciente lleno de misterio y fantasmas por un tubo. El silencio, la voz apagada, los pasos, las luces, el movimiento teatral del movimiento... Al igual que Ulises, se vendó los ojos y se amarró al mástil de su cámara para salvar su película y dejar al cine hacer lo suyo, mientras él podía escuchar el canto de las sirenas, flotando como un ángel, por encima de la ciudad infernal por excelencia.